miércoles, 29 de febrero de 2012

Alucinación

Habíamos tomado mucho, todos andaban riéndose quien sabe de qué. Ya se habían formado algunas parejas, pero tú seguías mirándome fijamente mientras tomabas un poco más de tu trago, yo estaba tan mareada que sonreía sin distinguir a quién mirabas.

De pronto, hubo cambio de sitios y sin querer - o queriendo - terminamos sentados juntos. El sueño me vencía, pero yo quería tomar más y dejar de pensar en la realidad; mientras tú por ratos me mirabas, luego rompiste el hielo y te acercaste, yo solo atiné a abrazarte. En ese instante, sentí como si te conociera de antes, como si fueras un viejo amigo que vino a llevarse mis malos recuerdos. 

¿Acaso habías vuelto de nuevo tú? ¿Si era cierto entonces esto, entonces no volveríamos a separarnos más? Te abracé mas fuerte mientras en mi cabeza rondaban estas preguntas, cerré mis ojos para sentir tu fragancia y al abrírlos de nuevo ya te habías ido.

Pues sí, te has ido de nuevo y me dejas con esta herida que aún no sana a pesar del tiempo, solo quiero saber que día volverás a aparecer cerca de mí para planear la manera de no volver a dejar que te vayas más. Te esperaré siempre, eso nunca lo dudes, mi ángel. En cada alucinación te esperaré, dispuesta a darte mi amor una vez más.

Adiós, mi bella locura.
Sigo esperando, sentada frente a tu vieja puerta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario