jueves, 18 de octubre de 2012

Dolor


Has traspasado mi mente frágil, dejando en mi memoria, el caramelo de tus ojos, el tímido eco de tu risa serena y en mi piel, tus tatuajes escondidos.  Tu presencia ha cobijado la mejor de las sonrisas y  con cada parpadeo tuyo, el corazón me late más veloz. En lo silencios incómodos, no atino a decir palabra alguna, no es necesario, mis ojos lo dicen todo. Extraño tus contradicciones y las palabras que usas para callarme, tu forma monótona de hablar y la seriedad con que tomas mis bromas, tu cara inexpresiva cuando mi risa fuerte no se detiene.

Me he imaginado tantas veces a tu lado, que hasta mi sombra se ha colado entre la tuya con el fin de espiarte.  Te he soñado, en millones de ocasiones, a una distancia tan corta que podía  sentir tus latidos, que podía tocarte, esta vez, no era un caricia disfrazada, era amor.