Solía parecer solo un cuento, como esos en los que hablan de amores imposibles; sin embargo, de pronto todo se volvió realidad. Reír con las cosas inocentes y perversas que solías decir tan solo para alegrarme. Aquello era algo que jamás había pasado de forma tan natural con otros chicos. Pero así eras tú, esa era tu esencia: hacer feliz a los demás para luego serlo tú.
Realmente estar contigo ha sido lo más estable que he tenido durante este tiempo y todo porque sentía tu amor por mí era auténtico. Aunque hubieran dudas, el hecho de solo escucharte pronunciar "te amo" me erizaba la piel y me daba paz.
Estar contigo venciendo al tiempo, sentir que podías penetrar en mi mundo herido y complejo me hacía desearte tanto. No podía evitar sentir que eramos el uno para el otro con tan solo besarnos, pues me entendías a la perfección. Mientras tus manos me acariciaban y tus labios iban escondiéndose en mi piel, mis manos no podían parar de tocarte llenas de fuego y pasión. Y sin pensarlo ya estábamos, ahí desnudos, siendo uno solo y respirando agitados, sin poder parar de tanto placer. El solo sentirte dentro de mi despertaba una parte casi desconocida y poco racional.
Sin embargo, aunque esta vez pareciera perfecto por ahora. Al menos hoy, debemos esperar a que todo pueda conspirar a nuestro favor. Esperaré ser mejor mujer para no asfixiarte con mi amor, el cual suele ser tóxico en ocasiones. En una próxima vez que nos encontremos te propongo de una vez por incendiar todas las barreras que ahora nos separan.
Solo quiero que sepas , funcione esto o no, que me diste más de lo que pensé recibir y que mereces un amor que aún no has conocido que te respete, ame y confíe en ti plenamente.
Dulce placer.
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