sábado, 31 de diciembre de 2011

Reflexion 2011, bienvenutti 2012

Se acaba un año que nunca olvidaré. Lo más trascendente que me sucedió fue enterarme de 'eso', me chocó tanto, pero  gracias a aquello descubrí el por qué de mi actuar, pensar y sentir. Y aunque  ver la realidad a veces cueste, al final Dios sabe porque hace cada cosa. Sé que todavía falta mucho camino por recorrer para lograr superar todo esto; sin embargo, confío en la fuerza que Él me brinda a diario. 

He aprendido a valorar cada momento feliz que tengo, cada gesto de amabilidad, a disfrutar de momentos con mi familia y sobretodo a tenerle más fe, como dice 'al que tiene a Dios nada le falta porque solo Dios basta' y aunque he tenido crisis muy feas, siempre ha habido alguien -que estoy segura Él ha enviado- que me ha tomado de la mano y me ayudo a levantarme.

El único problema que tengo es el de la voluntad, mi flojera a veces es más fuerte y siento que esta última mitad del año ha sido fatal con respecto a los estudios, aún no sé si aprobaré todos mis cursos pero no me desesperaré, eso me hace mal. No dejaré que el desánimo me venza y gane la batalla sin ni si quiera haber sacado la espada para enfrentarme en la lucha. 

Sufrí mucho, demasiado, por las cosas que me pasaron en el inicio de este 2011 y creo que el resultado recién lo veo ahora. En fin, cada golpe te ayuda a entender que la vida nunca será fácil, siempre habrán problemas. Lo importante es ver en cada uno de ellos la oportunidad de crecer y madurar como persona. 

Lo bueno que me pasó fue que inicie un proceso de cambio en cuanto a mi estilo de vida, uno más saludable, ya estoy aprendiendo a ser disciplinada en ese aspecto y poco a poco estoy logrando la meta. Eso me da fuerza para ponerme nuevas metas y lograrlas en este 2012. 

No quiero vivir por vivir, quiero vivir intensamente la vida. 
Ahora si no mirar atrás, este año será el de la disciplina y la constancia.

Atte. DulceFragilidad.
 

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